que todo,
_simplemente,
pasa.
El pan se termina,
el sol se esconde,
el placer esporádico y fugaz
desaparece como el calor.
Nosotros mismos pasamos,
_inadvertidos,
como gorriones
que cruzan disparados por el cielo
cuando llegan tarde a ningún lado;
como relámpagos
que encandilan la noche
develando sus sombras.
Cuando oyes de jóvenes vidas
que de pronto se van
_quién sabe adónde,
vuelves a pensar
en los sabores que
_desvanecidos
escapan de los labios
ignorados por la conciencia;
en los días que
_amontonados
yacen vencidos
bajo el peso de su propia naturaleza.
Piensas y vuelves a pensar
hasta que todo pasa
_nuevamente.
_M.O.
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