31.10.20 - Interludio.

Se disipa su esencia,
su hechizo de tristeza.
Sobre estas tierras
_su magia
ya no reina.

Melancólico,
con vientre de acero,
de cuerpo dormido
_queda en mi memoria
su helado soplido.

Su aleteo me salpica,
se despide pero no se va,
vuelve por momentos
impregnado en la brisa.

Su cola deambula
aún indecisa;
no hay marcha atrás,
nada detiene su partida.

Allá va,
dando vuelta a la esquina,
entre los días de octubre,
escapa deprisa.

Con todos los sentidos
me aferro a lo que queda:
su recuerdo indeleble,
su belleza
_que me apena.
Esperaré bajo el sol
_solo
a que vuelva.

_M.O.



2 comentarios:

  1. Buenas noches Marcos.
    De tan intenso y profundo como es este poema, no dudo en leerlo mas de una vez, y cuanto mas lo hago, mas bello lo encuentro.
    Un gran abrazo, Marcos.
    Enrique.

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  2. Hola Henri.
    Muchas gracias por tus palabras.
    ¡Saludos y felicidades!

    _Marcos.

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