Aunque me sienta profundamente herido, no puedo siquiera pensar en una respuesta que le haga frente a este tipo de discurso fatalista.
No, no creo poder cambiar al mundo, ni a mi país, ni a mi ciudad, ni siquiera a mi propio entorno. Yo sólo no puedo, eso lo sé. Sin embargo, sí creo que junto al accionar desinteresado de Otros es posible empujar contra la corriente de egoísmo que crece día a día.
Lo que hago no lo hago por otras personas, no busco cambiar ni intento obligar a ninguno, no pretendo imponer ideas ni tampoco decir qué hacer. No quiero salvar a nadie, cada cual se debe salvar a sí mismo.
Cada noche me duermo con la conciencia tranquila de saber que no he hecho mal [y eso me basta]. Cada día me despierto con una mayor desesperanza y aún así eso no me cambia para mal, al contrario.
Lo lamento por el mundo que nos da cobijo, lo lamento por los que vendrán.
_M.O.
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