La calma se rompe
tras el impulso
de una inocente aparición
Tu nombre regresa
solo para agitar las aguas.
Los días se vuelven turbios
tras el eco de tu recuerdo.
Me lamento, me contengo
me resigno; comprendo:
la soledad
no es castigo divino
ni un maldición
es el resultado
_de cada elección,
de cada mala decisión.
_M.O.
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