a miles de kilómetros,
lo que queremos
siempre está allá, a lo lejos.
La nube que escapa por el cielo,
la estrella que titila en el firmamento;
eso que tuvimos, que perdimos,
eso que algún día seremos.
Nunca elegimos
la soledad del domingo,
la tristeza del invierno;
el cuarto vacío,
el reflejo en el espejo.
Siempre es culpa
de la oportunidad que dejamos,
de la ilusión que nos creamos;
del plan antojadizo del destino
del camino que escogemos;
Decimos algún día
como si fuera un consuelo
mientras el tiempo se nos escapa
por entre los dedos.
_M.O
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