05.12.24 - Adiós, Pleyel.

No te supe entender.

Solo te abracé

hasta donde me dieron los brazos.


Mi pretención de un amor eterno

quedó solo en la intención

alimentada por la migajas

de un entusiasmo pasajero.


No encajamos.

No nos acomodamos,

ni nos dimos el lugar para ser

_porque

cual de los dos más rígido (?)


Hoy te dejo ir,

sin tristeza ni culpa,

porque no mereces 

morir en el silencio; 


aunque sabiendo

que eres mucho más 

de lo que mis manos 

sólo pudieron acariciar.


_M.O.

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